El papa Francisco tendrá una audiencia privada, este sábado, con las hijas de Esther Ballestrino, una activista social de Paraguay, a la que además se le conoce por ser una de las fundadoras de la asociación argentina Madres de Plaza de Mayo.

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¿Quién fue Esther Ballestrino?

Ballestrino inició sus actividades de trabajo social en Paraguay y posteriormente se trasladó a Argentina, donde fue pieza clave en los inicios de la vida eclesiástica de Jorge Bergoglio, quien en reiteradas oportunidades, ha expresado su reconocimiento a la activista.

Fue perseguida por la dictadura militar de Higinio Morínigo, en Paraguay, por lo que en 1947 decidió refugiarse en Argentina, donde contrajo matrimonio con Raymundo Careaga.

Durante el golpe de Estado perpetrado en Argentina en 1976, sus dos yernos, Manuel Carlos Cuevas e Yves Domergue, fueron secuestrados, y un año más tarde ocurrió lo mismo con su hija, Ana María Careaga, quien en ese momento tenía tres meses de embarazo.

En octubre de 1977 Ana María fue liberada, y Esther decide refugiarse con sus tres hijas en Brasil y luego en Suecia, no obstante, al poco tiempo regresó a Argentina y el 8 de diciembre de ese mismo año, fue secuestrada en compañía de otras 11 personas vinculadas a las Madres de Plaza de Mayo.

Bajo el control de la Marina Argentina, fue llevada a un centro clandestino de detención, donde durante 10 días fue torturada y el 17 o 18 de diciembre, los 12 secuestrados fueron trasladados al aeropuerto militar en Buenos Aires, allí los sedaron y subieron a un avión, desde donde los lanzaron al mar frente a la costa de Santa Teresita. Al impactar con el agua, murieron instantáneamente.

Reunión con el Papa

En el marco de la visita del papa Francisco a Paraguay, este sábado a las 07H30 hora local (11H30 GMT) el pontífice recibirá a Ana María y Mabel Careaga, hijas de la activista.

En relación a este encuentro, Mabel Careaga  asegura que tienen mucha expectativa por lo que Francisco les pueda contar de “esa parte de la historia de nuestra madre que por ahí no conocemos del todo bien”.

“Que un Jefe de Estado, como el Papa, la reconozca por los derechos humanos; que venga acá y hable, es muy importante”, remarcó.

Por su parte, Ana María, calificó a su madre como “una persona militante de la vida, que eligió la opción del compromiso de su época, a partir de una posición de ética y dignidad que tuvo un gran efecto en la gente que la rodeaba.

“Cuando venimos acá, a Paraguay, la gente nos cuenta anécdotas; personas muy cercanas a las cuales les ha marcado su adolescencia. Porque tuvo una posición de vida de gran efecto para la defensa de los derechos humanos”, agregó.