El primer ministro de Irak, Nuri al-Maliki, llamó al pueblo a la unidad nacional en presencia de los suníes críticos de su Gobierno chií, el exhorto busca atraer la ayuda de las potencias para luchar contra los insurgentes islamistas que amenazan Bagdad.

El llamado de Al-Maliki desea que Estados Unidos envíe tropas de combate, pese a que sus principales aliados chiíes aseguraron boicotear con el mayor partido suní cualquier operación tras la acusación del Gobierno sobre Arabia Saudí de apoyar el "genocidio".

Ahora las divisiones étnicas y sectarias, quieren trabajar en conjunto por lo que líderes chiíes, suníes y kurdos se reunieron a puertas cerradas y luego se revelaron en contra del ex primer ministro Ibrahim al-Jaafari, quien criticó a las "potencias terroristas" y apoya la soberanía iraquí.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que podría enviar fuerzas militares para combatir al Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL), aunque varios medios aseguran que Washington envió soldados a Bagdad con la excusa de proteger la Embajada en ese país.

Al-Maliki destituyó este martes a varios oficiales de alto mando por permitir que los yihadistas se apoderaran de los barrios de Baquba, situada a 60 kilómetros de la capital y no autorizaran el ataque. No obstante pretende traer militares estadounidenses para abordar la sensación de exclusión que denuncia la minoría religiosa.

"Ninguna potencia terrorista representa a una secta o religión", dijo Jaafari en el discurso, que incluyó la promesa de "revisar el curso previo" de la política de Irak., ante la mayoría de los líderes, incluidos Maliki y Usama al-Nujaifi, el suní presente.

Los extremistas tomaron el control de Mosul, la segunda ciudad de Irak, la semana pasada y han perpetrado cientos de ataques contra el Ejército para intentar conquistar Bagdad, aunque las fuerzas gubernamentales lograron expulsar a varios de sus filas en localidades del sur.