La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, liderará un movimiento internacional de regulación de Internet entre los países del Mercado Común del Sur (Mercosur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), los Bric y algunas naciones africanas, anunció este miércoles el ministro brasileño de Comunicaciones, Paulo Bernardo Silva.

Rousseff, en su discurso de apertura de la cumbre NETmundial llevada a cabo en Sao Paulo (a 876 kilómetros de la capital), al cual acuden representantes de más de 80 países, sociedad civil y empresas de Internet, enfatizó la necesidad de que ningún país tenga mas peso que otro en la gobernanza de la web, en franca alusión a Estados Unidos, país que ha cometido enormes violaciones a la privacidad de millones de ciudadanos a nivel mundial.

"Es importante la participación multilateral. La participación de los gobiernos debe ocurrir con igualdad entre sí”, afirmó.

La mandataria, víctima directa del espionaje estadounidense, saludó el reciente anuncio de que Washington cederá a una entidad de carácter multisectorial el control de la Icann (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números), la corporación internacional encargada de administrar el sistema mundial de nombres de dominio de Internet, manejada hasta ahora por el Departamento de Comercio estadounidense y con base en California.

Luego del evento el ministro de Comunicaciones de Brasil, Paulo Bernardo Silva, detalló en rueda de prensa que en la Cumbre de los Brics, prevista para el próximo 15 y el 16 de julio, la presidenta Rousseff presentará la iniciativa de su país sobre la regulación a Internet a los jefes de Estado de las llamadas "potencias emergentes".

"Es un desafío enorme y la presidenta va a comenzar en los foros regionales, como la Unasur, la Celac, los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y con algunos países africanos. Vamos a tener una agenda para eso", señaló.

El exanalista de la CIA, Edward Snowden filtró documentos que apuntan a que el Gobierno brasileño, empresas como la estatal Petrobras y ciudadanos del país suramericano fueron blanco del espionaje estadounidense.

La falta de respuestas concretas de Washington (capital norteamericana) sobre las interceptaciones de llamadas telefónicas y correos electrónicos a Rousseff, sus asesores y la empresa Petrobras originaron una crisis en los vínculos entre ambas naciones y la cancelación de una visita de Estado de la dignataria a la Casa Blanca (sede de Gobierno de EE.UU.).