La campaña electoral de las elecciones presidenciales en Ucrania cerró este viernes en medio del conflicto armado que azota a ese país desde que fue derrocado el presidente Viktor Yanukovich.

Los federalistas rusos apostados al este del país se han mostrado indignados por el caos ocasionado por el Ejército de facto, manteniendo su rechazo a las elecciones y amenazan con abortar el proceso, convocado por el Ejecutivo autoproclamado de Kiev

Se espera que los ucranianos acudan a las urnas masivamente este domingo, a fin de que el resultado electoral devuelva un gobierno legítimo que sea capaz de afrontar la crisis política que atraviesan.

Por su parte, los habitantes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk desafían al Gobierno de facto, impidiendo por todas las vías que la población elija Presidente.

En el país ha ocurrido la muerte de 16 soldados en ataques y los combates que aún persisten en la región, donde las tropas gubernamentales intentaron deponer las fuerzas de milicianos apoyados por las comunidades.

En este contexto, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que la crisis en Ucrania es de vital importancia para su país que tiene una postura conciliadora; mientras que para Estados Unidos es un asunto técnico.

Putin aseguró que el compromiso de Moscú es trabajar con las nuevas autoridades es un alivio para Kiev. En tanto, en Occidente muchos analistas ucranianos confían en la victoria en la primera vuelta del opositor Petró Poroshenko, quien cataloga a Rusia como enemigo del país europeo.

El mandatario ruso afirmó que el Ejecutivo respetará la expresión del pueblo en las elecciones del domingo y enfatizó que se debe luchar por sacar a Ucrania de la guerra civil.