El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Santiago Cafiero reivindicó ante la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) el derecho de su país sobre las Islas Malvinas, y la necesidad de llegar a una solución pacífica mediante el diálogo con el Reino Unido sobre la disputa de soberanía de dicho territorio.

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Se trata de una declaración presentada este viernes por el representante de Brasil y aprobada por el ente regional en aras de que ambos Gobiernos reanuden lo antes posibles las negociaciones sobre ese territorio, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, a tenor de la Ley 27558, del Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, promulgada en agosto de 2020 por el Ejecutivo de la nación.

El jefe de la diplomacia argentina señaló que "nuestra Constitución Nacional así lo reconoce al establecer en su Cláusula Transitoria Primera que la recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino".

A lo que añadió el estar respaldado por la voluntad y el sentimiento unánime del pueblo argentino y la histórica solidaridad americana, pues “se trata de un objetivo que trasciende a los Gobiernos y constituye una verdadera política de Estado, sobre la cual coincidimos todas las fuerzas políticas de mi país”.

Cafiero destacó además el respaldo de la OEA, expresado en más de 30 resoluciones y declaraciones adoptadas en su seno desde 1982, y que demuestran el consenso histórico sobre las Malvinas, un tema que consideran de interés hemisférico permanente, y el cual en esta ocasión contó una vez más con el respaldo de Brasil, Ecuador, Paraguay, México, Bolivia, República Dominicana, Nicaragua, Perú, Guatemala, Chile, Panamá y El Salvador, entre otras naciones.

El alto funcionario pormenorizó que en 1965 la resolución 2065 de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, definió la cuestión Malvinas como caso especial y particular de descolonización.

Lo cual según detalló Cafiero la convierte en “un territorio colonial, pero no en un pueblo colonizado, y a diferencia de los casos clásicos de colonialismo en Malvinas no existe un pueblo sometido a subyugación, dominación o explotación por una potencia colonial”, al tiempo que lamentó la postura de negativa británica a restablecer el diálogo bilateral.

Argentina y el Reino Unido vivieron un conflicto armado de dos meses por la soberanía de Malvinas iniciado el 2 de abril de 1982, durante el cual fallecieron 649 argentinos, tres isleños y 255 británicos.