El presidente francés, Emmanuel Macron, defendió este miércoles la reforma de pensiones, que ha generado una ola de protestas sin precedentes en el país europeo, mientras destacó que debe entrar en vigor para finales del presente año.

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El mandatario señaló durante una entrevista concedida a medios nacionales que “esta reforma es necesaria. No me hace feliz. Hubiera preferido no hacerla", entretanto, asumió la impopularidad de la medida que busca extender la edad de jubilación de 62 a 64 años.

El jefe de Estado destacó la importancia de la reforma, que espera la evaluación por parte del Consejo Constitucional para ser promulgada, argumentando que para el año 2030 se pronostican alrededor de 20 millones de pensionistas.

A su vez, el titular del Ejecutivo galo apuntó que “sería bueno para que 1,8 millones de personas vean aumentada su pensión unos 600 euros por año”.

Al mismo tiempo, Macron aseguró que impondrá una “contribución excepcional" a las grandes empresas con el objetivo de que los trabajadores se beneficien con las ganancias.

En este sentido, responsabilizó a estos beneficios de las empresas por el actual malestar social, entretanto, calificó a los manifestantes de "sediciosos", e incluso los comparó con los asaltantes a las sedes del poder en Estados Unidos en 2021 y en Brasil durante 2023.

Las declaraciones del mandatario francés se producen en la víspera de cuando está convocada una nueva jornada de manifestaciones por los sindicatos que el pasado 7 de marzo lograron movilizar a más de 3 millones de personas.