El Ejército de Israel bombardeó en la noche de este jueves la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio, la más antigua en la Franja de Gaza, donde se refugiaban más de un millar de desplazados palestinos en el marco del asedio sionista.

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“Recibimos 1.400 informes de personas desaparecidas bajo los escombros, incluyendo 720 niños”, publicó en sus redes sociales el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza.

“La masacre de la Iglesia Ortodoxa Romana mezcló la sangre de inocentes de familias cristianas y musulmanas que acudieron a la iglesia en busca de protección”, añadió el ente.

De acuerdo con medios locales, al menos 18 palestinos cristianos, incluidos ocho niños, fueron asesinados por el bombardeo ejecutado a altas horas de este jueves.

A su vez, el Patriarcado Griego Ortodoxo de Jerusalén expresó su más enérgica condena por el ataque aéreo israelí, el cual calificó como “un crimen de guerra que no se puede ignorar”.

“A pesar de los evidentes ataques contra las instalaciones y refugios del Patriarcado Ortodoxo de Jerusalén y otras iglesias –incluyendo la Iglesia Episcopal del Hospital de Jerusalén, otras escuelas e instituciones sociales– el Patriarcado, junto con las otras iglesias, sigue comprometido a cumplir sus obligaciones religiosas. y el deber moral de brindar asistencia, apoyo y refugio a los necesitados”, apuntó la institución religiosa.

Por su parte, el portavoz de la Cancillería iraní, Naser Kanani, manifestó la enérgica condena de Teherán a la agresión, la cual, aseguró, significa otra hoja negra y vergonzosa de la historia de crímenes de guerra y de lesa humanidad de Israel.

Según las autoridades sanitarias de Gaza, desde que inició el asedio israelí el pasado 7 de octubre se ha reportado la muerte de 4.218 palestinos mientras que 13.400 han resultado heridos.