La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reportó este jueves al menos siete muertos y 56 desaparecidos como consecuencia del naufragio de un bote en la costa de Cabo Verde, tras zarpar de Senegal.

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La embarcación salió el pasado 10 de julio de la localidad de Fass Boye con unas cien personas a bordo que aspiraban llegar a España de manera irregular. Dentro del grupo, se confirman 38 sobrevivientes, incluidos cuatro niños.

De acuerdo con medios caboverdianos, el barco, en el cual se encontraban los siete fallecidos, fue localizado el 15 de agosto en alta mar por un pesquero español, que trasladó a los tripulantes al puerto de Palmeira.

El portavoz de Protección Civil, Nuno Santos, informó que seis personas fueron ingresadas en un hospital mientras el resto de los supervivientes fueron alojados en una escuela, donde son atendidos por autoridades locales y de la Cruz Roja.

En este sentido, la vocera de la OIM, Safa Msehli, apuntó que, si bien no están claras las circunstancias de lo ocurrido, “estar varado en el mar durante un período tan prolongado de tiempo conlleva graves riesgos, además de ahogarse, incluyendo hipotermia, deshidratación, etcétera”.

A partir de ello, el organismo internacional destacó que resulta probable que los desaparecidos hayan perdido la vida en medio de un año donde al menos 77 migrantes y refugiados han fallecido en la ruta que conecta el este de África con Cabo Verde y las Islas Canarias.

“Estas muertes frecuentes en el mar, ya sea en la ruta del Atlántico o en el Mediterráneo, hablan de la desesperación y de miles de personas que se embarcan en un viaje en busca de una vida mejor o huyendo de la pobreza extrema o un conflicto”, subrayó Msheli.