La primera ministra británica Theresa May aseguró que el ataque perpetrado contra Siria el pasado viernes fue “legalmente correcto” y que contaron con un amplio apoyo internacional, pese a no tener la aprobación del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

Desde el Parlamento británico, la primera ministra indicó que respondió “al interés nacional” y que hicieron “lo que debían hacer”.

Reino Unido, Francia y Estados Unidos (EE.UU.) se unieron para atacar con misiles a Siria bajo la excusa de una supuesta existencia de armas químicas, pertenecientes a las fuerzas armadas del país árabe.

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En ese sentido, May aseveró que necesitaban intervenir rápidamente para evitar un sufrimiento humano aún mayor, al destacar que el objetivo no era inferir en la guerra de Siria o propiciar un cambio de Gobierno.

El bombardeo contra Siria se realizó en resuesta a un supuesto ataque realizado por las Fuerzas sirias en la ciudad de Duma, el cual según una ONG subsidiada por EE.UU. y Reino Unido, Cascos Blancos, dejó 40 muertos y más de 500 heridos, sin embargo, médicos del hospital de la ciudad siria aseguraron que ninguna víctima ha llegado al recinto con esos síntomas.

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"No nos limitamos a seguir las órdenes de los americanos, sino que actuamos en nuestro interés nacional", apuntó la funcionaria británica.

La actuación de May ha sido cuestionada por miembros del Parlamento británico, al catalogarla como “legalmente cuestionable”, debido a que la acción militar no contaba con la aprobación de la ONU.