“Si me preguntan en qué consiste un Gobierno de la Vida, yo diría: primero, en la paz; segundo, en la justicia social; tercero, en la justicia ambiental”, sintetizó Gustavo Petro su emotivo y sustancioso mensaje ante una multitud de sus electores que lo ovacionaron como el primer presidente de izquierda electo en Colombia.

Gustavo Petro, de 62 años de edad, quien en la década de los 90 del pasado siglo, abandonó la guerrilla para disputar el poder en las urnas a la oligarquía colombiana con la firme decisión de democratizar el país, logró convertirse en el actual presidente electo de Colombia. De esta manera, se convierte, junto a la vicepresidenta electa Francia Márquez (afrocolombiana de 40 años de edad), en el símbolo de la esperanza, no sólo para Colombia, sino para toda Abya Yala.

Tres pilares del Gobierno de la Vida

Paz. En dos siglos de feudalismo republicano el país fue convertido casi en un “cementerio clandestino” de fosas comunes. Un hangar de las fuerzas armadas de los EEUU, aliado de la OTAN. País industria del narcotráfico y del paramilitarismo… El “ser colombiano” se convirtió en motivo de sospecha en el exterior, y maltratos en los aeropuertos. En estas condiciones, la paz es lo mínimo que el país esperaba y espera.

Justicia social. Colombia es el tercer país socioeconómicamente más desigual del Continente, superados sólo por Brasil y Honduras (2018). El promedio del 2% de propietarios acapara cerca del 90% de las tierras de cultivo del país. En este contexto, el anuncio de la justicia social, como uno de los tres pilares del Gobierno de la Vida, era otro de los mínimos esperados.

Petro, para hacer posible la justicia social, anuncia: “Nosotros vamos a desarrollar el capitalismo para sacar a Colombia del feudalismo premoderno” para generar riqueza y redistribuir. Este aspecto no queda del todo claro porque el capitalismo, en esencia es acumulación y es destructor de la Vida.

Justicia ambiental. Colombia es uno de los seis países amazónicos, con grandes reservas de biodiversidad, cuencas hídricas, bosques, etc., pero asediada y destruida por agentes del capitalismo nacional y transnacional.

Petro promete aplicar justicia ambiental para que quien contamine pague o remedie los daños a la “naturaleza”. En esta perspectiva, promete una “transición hacia fuentes de energías limpias”. Anuncia que encabezará una cruzada mundial para mitigar los impactos del cambio climático, y pide un diálogo con el gobierno norteamericano para hacer frente al problema ambiental planetario.

Promete que impulsará la integración regional y continental sin ningún tipo de exclusión de pueblos y países. Hace un llamado a los gobiernos progresistas de la región a dejar de depender del precio de los hidrocarburos y apostar por la agricultura, las reformas agrarias e industrias bajo las nuevas tecnologías.

En resumen, en el anuncio del Gobierno de la Vida se reiteran las aspiraciones compartidas por los pueblos de Colombia y de Abya Yala: paz, amor, libertad, justicia, integración, medio ambiente, entre otras. El tiempo nos dirá cuánto de estas aspiraciones se materializaron por la voluntad política del nuevo gobierno de izquierda-afro-colombiano.