El interés del gobierno de Estados Unidos por invadir Siria tendrá como punto de partida los ataques aéreos en Irak que autorizará el presidente Barack Obama, sin aprobación del Congreso, para combatir al Estado Islámico (EI) y justificar su nueva acción bélica contra el gobierno de Bashar Al Assad. 

Luego de anunciar su intención de bombardear a Siria, Obama busca fijar posición militar en la nación con un objetivo político, que está muy lejos de querer erradicar a las fuerzas mercenarias. 

El Estado norteamericano insiste en hacer pagar al EI, los asesinatos de yezidíes y otras comunidades religiosas, así como las decapitaciones de los periodistas James Foley y Steven Softloff, secuestrados en Siria en 2013 por el grupo armado; en este caso tomadas como argumento para invadir Siria. 

Alemania y Gran Bretaña no participarán en la acción militar, pero al menos 10 países árabes serán aliados de EE.UU. en los bombardeos en Siria y la continuación de la intervención en Irak, además de los que integrarán la ansiada coalición bélica de 40 países que el secretario de Estado, John Kerry busca formar en los próximos días, sin contar con sus aliados de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN). 

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