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Al día siguiente Maradona debía inaugurar la escuela de fútbol, del club Aurora, motivo por el cual había llegado a Cochabamba.

Al día siguiente Maradona debía inaugurar la escuela de fútbol, del club Aurora, motivo por el cual había llegado a Cochabamba. | Foto: Marco Antonio Santivañez Soria

Publicado 6 diciembre 2022



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Tras el acto el Diego me firmó una postal que la tengo guardada y claro sus palabras y su participación hacen en mi vida como uno de los momentos más maravillosos.

Soy un fanático del Diego, me leí más de seis libros dedicados a él y por supuesto entre ellos está “Yo soy el Diego de la gente”, un libro que retrata a Maradona como era en vida.

El 1 de marzo de 2004 pisaba por segunda vez, en su vida, suelo boliviano, era 1 de marzo, mes importante en la historia de Bolivia tanto en lo deportivo como en lo político, en esos días en 1879 Chile invadió las costas del Pacífico y nos arrebató el mar, ese mar en el que alguna vez Hugo Chávez soñaba con bañarse; en 1963 en marzo la “Verde” conquistaba la Copa América, el único título internacional a nivel selecciones.

Bueno ese mes de 2004 llegaba Diego Armando Maradona a Cochabamba Bolivia, descendió del avión, se dirigió a la sala de prensa y tuvo su primer choque con la prensa, claro una pregunta absurda abrió la conferencia, “Diego ¿qué te parece Cochabamba?”, la respuesta fue de molestia, “Pará, que quieres que te diga si acabo de bajar del avión”, puntual y directo.

La segunda pregunta fue la mía y le preguntamos con qué libro se identificaba, de los muchos que escribieron sobre él, y salió la respuesta con tapones altos; “Me quedo con el que yo escribí, los demás hicieron dinero con mi nombre y no le llevaron un ramo de flores a la Tota”. Ese era el Diego, frontal directo y claro con sus respuestas.

Al día siguiente Maradona debía inaugurar la escuela de fútbol, del club Aurora, motivo por el cual había llegado a Cochabamba.

Para esa ocasión, el maestro de ceremonias debía ser un afamado periodista deportivo de mi país, pero como Diego no llegaba el hizo el gran zigzag y desapareció ante la molestia de la gente, pero el Diego si llegó y un dirigente del club me pidió que sea el maestro de ceremonias de ese evento. Vaya oportunidad de estar más cerca del Diego, darle la mano, darle un beso en la mejilla, abrazar a mi ídolo.

El Diego llegó y su entrada fue amenizada con La Mano de Dios, de Rodrigo El Potro, la piel se me erizó, el corazón me latía a más de mil, sentía que me venía un infarto; y ahí estaba el Diego ingresando al palco y topándose conmigo y nos dimos el beso soñado, el abrazo esperado, por lo que el discurso preparado, minutos antes, se fueron por la borda y salió el fanático, el amante de Diego para emitir las primeras palabras.

Tras el acto el Diego me firmó una postal que la tengo guardada y claro sus palabras y su participación hacen en mi vida como uno de los momentos más maravillosos.

Lástima, en ese instante no teníamos la tecnología de hoy para estampar uno de los momentos más felices dentro el periodismo deportivo, pero queda una foto que se convierte en la prueba de mi encuentro con el Dios del fútbol, con el hombre que me llenó los ojos de fútbol y por el cual siempre aliento a Argentina en los torneos internacionales.

Gracias por ese momento querido Diego, un abrazo hasta el cielo, eres eterno.

#MiHistoriaConD10S


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