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El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, "condenó firmemente" el ataque contra los 32 cascos azules filipinos y la retención de sus colegas fiyianos, en los Altos del Golán (sur de Siria), que ha atribuido a "actores armados no estatales, como el Frente Al-Nosra".
En cuanto a los misioneros de paz que aún se encuentran secuestrados, Ban demandó “la incondicional e inmediata puesta en libertad de todos los efectivos de las fuerzas de paz detenidos y hace un llamamiento a todas las partes a cooperar completamente para que UNDOF pueda operar libremente y pueda garantizar la total seguridad de su personal”, según un comunicado de prensa de la ONU.
El secretario general también pidió "a los países que pueden ejercer una influencia" que hagan presión sobre los responsables.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU publicó una declaración similar, adoptada de manera unánime por sus 15 miembros, pero sin identificar a los grupos armados responsables.
Este sábado la ONU confirmó que dos puestos de la misión de paz en los Altos de Golán fueron atacados por "elementos armados" no identificados. Los ataques obligaron a desalojar a 32 misioneros de paz que se encontraban en el puesto 69, cerca de la localidad de Burayqah, capital de El Kasim. Sin embargo, no hubo fallecidos.
Además, un total de 44 "cascos azules" fiyianos continúan atrapados en otras ubicaciones. Según detalla la ONU, los soldados de paz son objeto de ataques con mortero y ametralladoras por parte de "elementos armados", por lo que no han podido ser evacuados.
