Miles de personas continúan en las calles de Ereván, capital de Armenia, como medida de protesta en contra del aumento de los precios de la electricidad, y por tercer día consecutivo, persisten los enfrentamientos entre civiles y efectivos de la Policía.
Durante las manifestaciones que iniciaron el pasado viernes, se han registrado fuertes disturbios, lo que ha derivado en un aproximado de 18 heridos y más de 250 personas han quedado bajo arresto, la mayoría de ellos periodistas que cubrían los hechos.
Vea también→ Bolivia podría exportar 8 mil megavatios de electricidad
El presidente de esa nación, Serge Sarkisian, ofreció reunirse con los representantes del grupo de manifestantes, sin embargo, los ciudadanos exigen que se anuncie por televisión la cancelación del incremento de precios en el servicio eléctrico.
Luego de estos hechos, el ministro de Asuntos Exteriores, Edvar Nalbandián, afirmó que se toman medidas para corregir las actuaciones de las fuerzas del orden.
Por su parte, la Fiscalía General de Armenia anunció la apertura de una investigación para establecer si se impidió a los periodistas cumplir con sus labores profesionales.
Lea aquí→ Tsipras garantiza electricidad gratuita a 300 mil hogares
Habla la policía
El vicejefe de la Policía de la capital armenia, Valeri Osipyan, aseguró que el organismo que dirige considera que siempre se debe negociar antes de emplear la fuerza, y añadió que nunca se infringió la ley.
"No nos guiamos por órdenes, nos guiamos por la ley y actuamos dentro del marco legal", afirmó.
En este sentido, alegó que antes de dispersar la protesta con cañones de agua, los agentes intentaron durante 10 horas hacer que los manifestantes desalojaran una vía pública.
De igual manera, indicó que si la investigación de los hechos demuestra que la Policía abusó de poder, los responsables serán castigados.
¿Quién tiene la culpa?
Muchos han intentado culpar a Rusia del incremento de la tarifa eléctrica, debido a que Armenia y el Kremlin han hecho alianzas en torno a algunos de los activos económicos más importantes, entre los cuales destaca la generación y distribución de electricidad.
No obstante, algunos políticos en Rusia han asegurado que Occidente y organizaciones no gubernamentales de esos países buscan fomentar el descontento en el pueblo armenio, comparándolo con las protestas ocurridas en Ucrania en 2013 que llevaron al derrocamiento del presidente de esa nación, quien también tenía acuerdos con Moscú.
El Kremlin, sin embargo, tuvo un tono conciliador y manifestó su confianza en que la situación será dirimida de forma pacífica.
El jefe de la Comisión sobre Asuntos de la antigua Unión Soviética de la Cámara Baja del Parlamento ruso, Leonid Slutski, considera que los manifestantes reciben instrucciones desde el exterior.
Asimismo, asegura que el tinte de las protestas, "es claramente político ya que desde el principio el propósito ha sido derrocar al Gobierno actual, que cuenta con el apoyo de Rusia y se ha unido al proyecto euroasiático".
Vea también→ Putin: El genocidio armenio no puede ni podrá justificarse