A 6,3 millones aumentó el número de migrantes menores de 18 años en el continente americano, denunció la oficina regional de Unicef para América Latina y el Caribe. La mayoría huye de la pobreza y la violencia en condiciones de inseguridad.
Solo en la ruta de Centroamérica y México hacia Estados Unidos 60.000 niños y niñas de El Salvador, Guatemala, Honduras y la nación azteca fueron detenidos entre 2015 y 2016.
“Para un número incalculable de niños, la migración es segura y legal, y esto les ayuda a ellos, a sus familias y a sus comunidades, a crecer y transformarse”, expresó el director de Programas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Ted Chaiban.
Migrant children are not a lost cause. There are solutions to protect their futures → https://t.co/5US1n3V7SZ #AChildIsAChild #ChildrenUprooted #MigrantsDay pic.twitter.com/IVTwa0y9ff
— UNICEF (@UNICEF) 18 de diciembre de 2017
“Sin embargo, otros millones de niños hacen frente a una realidad diferente: para ellos, la migración es enormemente peligrosa y no es algo que ellos hayan elegido hacer”, agregó.
Los conflictos hizo que 28 millones de infantes abandonaran sus hogares. Muchos de ellos debieron enfrentar situaciones de peligros, recurrir a contrabandistas y traficantes de personas, o usar rutas que ponen en riesgo su integridad física.
Para 2018 la organización internacional realizará las negociaciones respectivas para aprobar el Pacto Mundial para las Migraciones, “un histórico acuerdo intergubernamental que abarcará todas las dimensiones de la migración internacional', refiere el comunicado.