La Marcha por la Vida de la Mujeres y la Agroecología reúne a cinco mil campesinas este lunes.
“Mujeres en defensa del territorio: El Borborema Agroecológico no es un lugar para parques eólicos”, es el lema de la Marcha por la Vida de la Mujer y la Agroecología que este martes reunirá a cerca de 5.000 mujeres rurales en las calles de la ciudad de Solânea, en el interior de Paraíba, en el noreste de Brasil.
LEA TAMBIÉN:
Lula afirma que los trabajadores apoyarán reconstrucción de Brasil
La marcha tiene como objetivo denunciar que la instalación de parques eólicos reduce la producción en las propiedades rurales.
Las mujeres que participarán en la marcha provienen de los municipios de Solânea, Casserengue, Arara, Algodão de Jandaíra, Remígio, Esperança, Areial, Montadas, Lagoa de Roça, Alagoa Nova, Matinhas, São Sebastião de Lagoa de Roça y Queimadas, municipios cuyos Sindicatos de Trabajadores forman parte del Polo Borborema.
La Marcha por la Vida de la Mujeres y la Agroecología reúne a 5 mil campesinas este lunes. Afirman que donde se construyen los parques eólicos se disminuye la producción agrícola, ya que es prohibido plantar cerca de las torres y en las líneas de transmisión.
— André Vieira (@AndreteleSUR) May 2, 2022
�� @flaviocostaf pic.twitter.com/9eaqZcjE1J
La entidad viene realizando un trabajo desde hace 30 años a partir de un proyecto de construcción de la agricultura familiar agroecológica, que ha dado importantes resultados en la reducción del hambre y la pobreza en las familias campesinas.
El debate pone en tela de juicio el modelo de energía eólica que comienza a avanzar en la región de Borborema de Paraíba, con la implementación de parques que se venden como productores de energía limpia, pero que se apropian de la tierra y el territorio rural.
Este mecanismo produce un cambio por completo en la vida de las comunidades. y amenazando la producción de la agricultura familiar.
El cableado de los parques eólicos es subterráneo, hecho que impacta directamente a quienes viven de la agricultura y necesitan trasladar la tierra para sembrar.
El volumen de lo que se produce cae porque la presencia de las torres de 140 metros, que equivale a un edificio de 50 pisos, afecta la temperatura, la acústica y la luz del lugar, provocando un desequilibrio ambiental. Un parque tiene al menos 30 torres.
“Son una gran amenaza, sobre todo para las familias que tienen poca tierra, porque ¿dónde van a trabajar con la agricultura si no puedes trabajar cerca de estos aerogeneradores y líneas de transmisión? Ese modelo necesita ser revisado”, indicó Roselita Vitor, coordinadora del Polo da Borborema, entidad que reúne sindicatos de trabajadores rurales.