"Queremos poner fin a la caótica situación en Hong Kong", afirmó la jefe ejecutiva Carrie Lam, quien manifestó que su gobierno no ha perdido el control en la isla.
La jefa ejecutiva de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, Carrie Lam, reveló este martes que sostuvo una reunión con un grupo representativo que exige una serie de reformas en la isla, pero descartó que vaya a ceder respecto a las demandas del movimiento.
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En cambio, Carrie Lam aseguró que está dispuesta a dialogar con los opositores para hallar una solución a la caótica situación creada por las protestas al reconocer que la situación en el territorio es grave.
"Deberíamos prepararnos para la reconciliación de la sociedad comunicándonos con diferentes personas (...) Queremos poner fin a la caótica situación en Hong Kong", afirmó Lam, quien manifestó que su gobierno no ha perdido el control en la isla.
Las protestas recientes en Hong Kong han terminado en forma violenta al enfrentarse policías y manifestantes, quienes han anunciado que seguirán saliendo a las calles, pese a que existen prohibiciones al respecto.
Antes de iniciar la sesión del Consejo Ejecutivo, Lam indicó a la prensa que su gobierno no ignora las protestas, pero mantuvo su posición de no dar curso a las demandas del movimiento.
“No es cuestión de no responder. Es cuestión de no aceptar esas exigencias”, precisó al asegurar que "iniciar un diálogo no significa que toleremos la violencia".
La jefa ejecutiva de Hong Kong precisó que dejjar de cumplir las leyes y tolerar toda clase de perturbaciones y manifestaciones violentas en Hong Kong con el pretexto de la comunicación o el comienzo del diálogo "sería el fin del Estado de derecho".
"Si la violencia continúa, lo único que debemos hacer es detenerla con acciones policiales, a través de la aplicación de la ley”, apuntó.
行政長官 #林鄭月娥 表示,會盡最大努力構建對話平台,接觸更多不同背景和政治立場的市民,坦誠溝通。 https://t.co/g4mpL9cZNw pic.twitter.com/O9CfSaWSPT
— 香港政府新聞網 (@cnewsgovhk) August 27, 2019
Entre las exigencias de movimiento se encuentran retirar el proyecto de ley de extradición, que ha sido suspendido, establecer una investigación independiente sobre la violencia en las protestas y reanudar la reforma política.
Por su parte, Tse Chun-chung, superintendente en jefe de relaciones públicas de la policía de Hong Kong, aseguró que las manifestaciones se han vuelto cada vez más violentas.
En rueda de prensa, Tse acotó que "ningún comportamiento ilegal o violento puede ser glorificado o justificado", y agregó que la Policía no tolerará actividades ilegales, incluida la violencia.
China, que mantiene la soberanía de la isla, tras haber sido una colonia británica, expresó que estaba "extremadamente descontenta" con la declaración del G7 que exhorta a "evitar la violencia" en Hong Kong.
La situación en la excolonia británica es un asunto interno de China y ningún "Estado, organización o individuo tiene el derecho de injerirse", declaró a la prensa el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores Geng Shuang.