Senado de Brasil aprueba aumentar penas a delitos por misoginia

El Senado de Brasil sancionó este martes, en ocasión del Día Internacional de la Mujer, un proyecto de ley que incrementa las penas para los delitos contra el honor (calumnias, injurias y difamación) cometidos contra mujeres por su condición de género.

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La iniciativa, elaborada por la senadora Leila Barros y presentada por su colega Zenaide Maia, incrementa en un tercio las penas para este tipo de delitos y ahora pasa a votación en la Cámara de Diputados.

De acuerdo con reportes de prensa, el proyecto toma las penas fijadas para delitos previstos en el Código Penal (CP) actual y las incrementa en un tercio si el delito supone “desprecio o discriminación a la condición de mujer”.

Según el CP, se pueden aumentar en un tercio las sanciones si esos delitos se cometen contra autoridades (incluso de un Gobierno extranjero), funcionarios públicos (en función de su trabajo), adultos mayores o personas con alguna discapacidad.

Actualmente, el delito de calumnia se penaliza con detención de seis meses a dos años; la difamación, con pena de tres meses a un año, además de una multa; y la injuria, con sanción de uno a seis meses, o una multa.

A juicio de Maia, se hace necesaria una tipificación específica para esta forma de violencia motivada por la misoginia, por lo que este proyecto de ley desalentará la práctica de estos delitos por la condición de ser mujer.

Por su parte, Barros consideró importante hacer frente a la violencia contra las mujeres en su fase inicial, antes de que se convierta en actos físicos e incluso evolucione hacia el feminicidio.

La legisladora dijo que la anima la intención de “imponer penas más severas en los casos de abuso sexual, moral y violencia psicológica, en delitos contra el honor, en el caso de vejaciones, manipulación, chantaje”.

Valoró que actos de este tipo no se circunscriben al ámbito familiar o a personas cercanas, pues abundan expresiones en escenarios como las redes sociales, para cuyo tratamiento -dijo- aún no se dispone de suficientes normativas jurídicas.

Barros declaró a medios locales que “es el machismo y la discriminación los que están en el corazón de la conducta delictiva; lo que justifica y da rienda suelta a todo tipo de impulsos violentos, haciendo de Brasil uno de los países del mundo que más mata mujeres y minorías”.

La aprobación de este proyecto de ley en el Senado se produjo en medio de masivas marchas en ciudades como Sao Paulo, Brasilia y Río de Janeiro, en actos contra la cultura machista, la mentalidad patriarcal y los feminicidios.