De acuerdo con medios internacionales, los ataques aéreos y de artillería prosiguieron en la capital, Jartum.
Los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) continuaron este viernes luego de que las partes no pudieran arribar a un acuerdo sobre una nueva tregua.
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De acuerdo con medios internacionales, los ataques aéreos y de artillería prosiguieron en la capital, Jartum, mientras que también se reportan combates en zonas de Jartum Norte.
Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informó que fue incendiada una fábrica en la capital que producía alimentos para niños desnutridos.
MEDIA STATEMENT
— Rapid Support Forces - قوات الدعم السريع (@RSFSudan) May 11, 2023
May 11, 2023
The Rapid Support Forces (RSF) continues to stand strong in the face of unrelenting violations perpetrated by the Sudanese Armed Forces (SAF) and extremist elements loyal to former dictator and military officer Omar al-Bashir.
In a bid to distract… pic.twitter.com/kXMMMYWWTM
A su vez, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) señaló que se contabilizan 200.000 refugiados sudaneses que han llegado a los países vecinos desde el inicio de las hostilidades.
En este sentido, la portavoz del organismo, Olga Sarrado, apuntó que las autoridades de Egipto han reportado un aumento considerable en la cifra de sudaneses acogidos mientras detalló que la mayoría de los refugiados son mujeres y niños.
اشاوس الدعم السريع: نحن في الميدان وجاهزون لأي مواجهة#انقلاب15_ابريل#معركة_الديمقراطية#حراس_الثورة_المجيدة#اشاوس_الدعم_السريع pic.twitter.com/XXoXPALqIP
— Rapid Support Forces - قوات الدعم السريع (@RSFSudan) May 12, 2023
"La respuesta humanitaria es difícil y costosa porque los refugiados y retornados llegan a zonas fronterizas remotas donde escasean los servicios y las infraestructuras, y donde la población local ya sufre debido a los pocos alimentos y al cambio climático", indicó la vocera.
Según las estadísticas oficiales, se reportan casi 800 muertos y más de 7.500 heridos desde que estallaron los combates el pasado 15 de abril, mientras que los sobrevivientes permanecen confinados en sus viviendas sin los servicios básicos de electricidad, agua y comida.