Cientos de alumnos de una escuela secundaria ubicada al norte de Cisjordania (capital palestina) quedaron atrapados entre los gases lacrimógenos y granadas aturdidoras que lanzaron soldados israelíes dentro del edificio.
Aunque corrían y trataban de refugiarse en las instalaciones del colegio, situado en la aldea de Burin, cerca de la ciudad ocupada de Nablus, los gases y agentes químicos dificultaron su respiración.
El cruel acto de los israelíes se produce días después de que varios adolescentes del pueblo palestino lanzaran botellas y piedras contra los carros del régimen, por la muerte del ministro para Asuntos de la Colonia y el Muro, Ziad Abu Ein, ocurrida el pasado miércoles tras una golpiza propinada por soldados de Tel aviv en una marcha pacífica contra la colonización.
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La aldea de Burin es escenario frecuente de ataques israelíes por estar rodeada de tres asentamientos ilegales, incluidos Yitzhar y Har Brakha, habitados por judíos ultraortodoxos.
Israel les ha arrebatado hasta los cultivos de oliva, y escuelas y mezquitas han sido atacadas en numerosos ocasiones por el ejército. Las tensiones han aumentado en Cisjordania y en Al-Quds (Jerusalén) tras las profanaciones de la Mezquita Al-Aqsa por los israelíes y el reciente asesinato del ministro Abu Ein.
Tel Aviv trata de modificar la estructura demográfica de Al-Quds con la construcción de asentamientos ilegales, destrucción de los sitios históricos y expulsión de los palestinos.
La escuela cuando no vienen los directores, es un sueño de paz, así debe sentirse palestina cuando no la bombardean
— Laura Marina (@enanamix)
diciembre 8, 2014