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El vigilante asesinado trabajaba en la cárcel Sucumbíos No. 1 y fue baleado en la vía pública regresaba a su casa tras concluir su trabajo.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), de Ecuador, dio a conocer que este martes fue asesinado un guía penitenciario de la cárcel de Sucumbíos, provincia amazónica fronteriza con Colombia (noreste).
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A través de un comunicado, el entre precisó que el guardia carcelario asesinado era parte del cuerpo de seguridad del centro de privación de libertad Sucumbíos No. 1.
Fue baleado en plena vía pública dentro de su vehículo alrededor de las 07H00 hora local cuando, tras concluir su trabajo, regresaba a su casa, ubicada en el barrio Puerto Aguarico de Nueva Loja, cantón Lago Agrio.
#Ecuador| El servicio de administración carcelaria del país confirmó que un guía penitenciario que laboraba en el Centro de Privación de Libertad de Sucumbíos, en la amazonia ecuatoriana, fue asesinado cuando regresaba a su casa luego de cumplir su jornada de trabajo @teleSURtv pic.twitter.com/m0sSptQbjK
— Elena Rodríguez Yánez (@ElenaDeQuito) January 16, 2024
Las autoridades policiales investigan lo ocurrido. El SNAI precisó la identidad del occiso, Jefferson Q., y adelantó que brindará las facilidades necesarias a la Policía para esclarecer el homicidio e identificar a sus autores.
De acuerdo con reportes de prensa, esta cárcel no estuvo entre las siete que durante la semana pasada registraron motines de privados de libertad en los que fueron tomadas como rehenes alrededor de 200 personas, entre guías penitenciarios y empleados administrativos.
Durante dichos motines se produjo la fuga de 87 internos, de los cuales 32 ya fueron recapturados. La mayoría de las evasiones se registraron en penitenciarías de las ciudades de Esmeraldas, en la provincia homónima (noreste) y Riobamba (Chimborazo, centro).
El crimen de este martes se perpetró en medio de la creciente inseguridad en el país a partir del accionar de grupos terroristas, lo cual obligó al presidente Daniel Noboa a decretar "conflicto armado interno".
Mediante este decreto dichas organizaciones criminales fueron calificadas como actores beligerantes no estatales y terroristas, que pueden ser neutralizados por la fuerza pública con empleo de armamento letal.
