Inflación en marzo en España alcanza el valor más alto en 37 años

El aumento descontrolado de los precios de la energía por el conflicto en Europa del Este ha disparado el Índice de Precios de Consumo (IPC) en España a niveles no vistos desde 1985, y las autoridades económicas reportaron este miércoles una tasa interanual del 9,8 por ciento.

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La cifra se sitúa más de dos puntos por encima de la registrada el mes anterior (7,6 por ciento), cuando las consecuencias económicas del inicio del conflicto en Ucrania aún no habían impactado de lleno en los precios.

De hecho, la mayor parte de esta subida se explica por el repunte en el grupo de la vivienda (0,9 puntos), principalmente por la subida de la electricidad, que ha alcanzado un nuevo récord en marzo; y del transporte (0,7 puntos), por el alza de los carburantes, que han llegado a rozar de media el equivalente de los 2,17 dólares por litro.

El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) también revela que este repunte interanual del 9,8 por ciento tiene en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos puestas en marcha por el Gobierno de Pedro Sánchez desde el pasado año para contener los precios de la energía.

Sin tener en cuenta estos descuentos, la tasa se elevaría hasta el 10,7 por ciento, nueve décimas más que la tasa general, tal como refleja el IPC a impuestos constantes.

En lo que respecta a la inflación subyacente, aquella no tiene en cuenta los alimentos no elaborados ni productos energéticos, aumentó en el tercer mes del año cuatro décimas, hasta el 3,4 por ciento. Se trata de la tasa más elevada desde septiembre de 2008, durante la crisis de la burbuja hipotecaria, y se sitúa más de seis puntos por debajo de la tasa general del IPC.

De esta forma, el IPC continuó en marzo la senda alcista iniciada el pasado año y encadena su decimoquinta tasa positiva consecutiva. Desde que hace un año el IPC se situara en el 0 por ciento, la evolución del indicador refleja cómo se ha desbocado la inflación: del 1,3 por ciento en marzo, pasó por el 3,3 por ciento en agosto, el 6,5 por ciento en diciembre de 2021, hasta el 7,6 por ciento en febrero último.

Según el INE, este histórico repunte interanual se debe principalmente al incremento de los precios de la electricidad y del gasóleo para calefacción, que crecieron un 80 por ciento con respecto a hace un año, en contraste con el aumento del 39,6 por ciento a principios de año.

También al aumento de los precios de los carburantes para vehículos personales, que subieron un 25,4 por ciento y al encarecimiento generalizado de los alimentos (6,9 por ciento), con especial incidencia del pescado y el marisco, de la carne, de las legumbres y hortalizas, y de la leche, el queso y los huevos.

En el ámbito de los transportes, por su parte, el precio del gasóleo se apuntó un alza del 45,6 por ciento y la gasolina se encareció un 33,6 por ciento. 

España no es el único país rico con tasas de inflación desbocadas también hasta niveles de finales de los 80 e inicios de los 90: en Alemania alcanzó el 7,3 por ciento, el nivel más alto registrado desde la reunificación alemana en 1990; mientras que en Portugal se situó en el 5,3 por ciento en marzo, el valor más elevado desde junio de 1994.

En Estados Unidos, por su parte, la tasa interanual de inflación se disparó en marzo hasta el 8,5 por ciento, su la subida más alta en 40 años.