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El primer ministro de Pakistán, Imran Jan, ha advertido que la actual crisis podría desembocar en una guerra.
La crisis entre India y Pakistán generada por la disputa de la región de Cachemira se ha incrementado en los últimos días al grado de que existen advertencias de una posible guerra entre ambas naciones.
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La crisis comenzó la semana pasada cuando India decidió despojar a Cachemira de su autonomía, lo que generó de inmediato manifestaciones de protesta por parte de los cachemiríes, las cuales han sido reprimidas.
Centenares de personas, sobre todo universitarios, organizaciones de izquierda y residentes de Cachemira exigen en estos actos de protesta que India le devuelva la autonomía a Cachemira.
A raíz de la aprobación por parte del Parlamento de una propuesta del gobierno de Narendra Modi de eliminar el artículo 370 de la Constitución de India, Jammu y Cachemira ya no podrán hacer sus propias leyes y pasarán a ser territorio de la India.
En respuesta, Pakistán, que ha disputado por más de siete décadas la soberanía de Cachemira, decidió expulsar al embajador indio de Islamabad y suspender el comercio bilateral.
La oficina del primer ministro pakistaní, Imran Jan, informó en un comunicado ayer miércoles que se utilizarán los canales diplomáticos “para exponer al brutal régimen fascista indio". Y como primeras medidas se ordenó "reducir las relaciones diplomáticas con la India" y "suspender el comercio bilateral".
El Ejército pakistaní manifestó, por su parte, que tiene en claro que defenderá a los cachemiríes, mientras que el primer ministro ha advertido que esta crisis podría acabar en una guerra total.
