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El joven marroquí falleció por un fuerte traumatismo craneal en el Hospital Universitario de Ceuta

El joven marroquí falleció por un fuerte traumatismo craneal en el Hospital Universitario de Ceuta | Foto: EFE

Publicado 22 mayo 2021



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El Gobierno ha reforzado las fuerzas y los cuerpos de seguridad en Melilla

Un migrante marroquí que terminó herido luego de caer desde diez metros en el puerto de Ceuta falleció este sábado a causa de las heridas que produjo la caída en la cabeza. Aunque se desconoce la edad, el joven entró en estado grave en el Hospital Universitario de Ceuta en la noche de este viernes.

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Varios migrantes se encontraban en el muelle de la Puntilla, en las inmediaciones de la estatua de Hércules. Por causas desconocidas, el joven cayó al vacío y acudieron a la zona agentes de la Policía portuaria y la Guardia Civil.

Una ambulancia del 061 se encargó de estabilizar al accidentado en la misma zona antes de trasladarlo hasta el hospital donde finalmente falleció por un fuerte traumatismo craneal.

Esta zona del puerto es un punto de acumulación para los inmigrantes que quieren llegar a uno de los barcos atracados en el puerto cutí para llegar a la Península ibérica.

En la madrugada del lunes 17 de mayo, entre 8.000 y 10.000 migrantes intentaron penetrar en la ciudad de Ceuta. La Delegación del Gobierno de la ciudad informó que ya unos 7.000 marroquíes fueron expulsados o han regresado voluntariamente tras su ingreso irregular.

Mientras tanto, la Asociación Pro Derechos humanos de Andalucía (APDHA)pidió el cese de las vulneraciones de derechos humanos en Ceuta contra miles de migrantes. 

La organización detectó “agresiones a menores por parte de miembros del ejército, incumplimiento del deber de protección de la infancia, devoluciones en caliente sin las mínimas garantías, criminalización de las personas migrantes, entre otras”.

De acuerdo con la asociación, el paso de los migrantes desde Marruecos a Ceuta, ha puesto en evidencia las graves deficiencias del sistema migratorio europeo y español.

Aseveran que el Gobierno español ha enfrentado la situación, militarizándola, enviando tanques y material antidisturbios con un discurso ambivalente y contradictorio: “devolveremos a todas las personas” pero “lucharemos contra el discurso del odio”.

Igualmente, destacaron que el paso migratorio de las últimas jornadas “exige que garanticemos que los derechos de cada persona van a ser respetados y que las políticas migratorias deben ser profundamente reformadas”.

Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, llegó este sábado a Melilla con los directores generales de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Pardo y María Gómez, respectivamente, luego de cinco noches de presión en la frontera entre España y Marruecos en la ciudad autónoma.

El ministro fue recibido por la delegada del Gobierno en la ciudad autónoma, Sabrina Moh. Allí sostuvieron un encuentro de trabajo con el presidente de Melilla, Eduardo Castro.

Luego se reunieron con el director general de la Policía, la directora de la guardia Civil, el jefe de la Comisaría de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional, el comisario principal Enrique Taborda; y el mando de la Autoridad de Coordinación frente a la Inmigración, el teniente general de la Guardia Civil Juan Luis Pérez.

Luego de las reuniones, el ministro de Interior fue hacia el perímetro fronterizo, visitó el Centro Operativo de Servicios de la Comandancia de Melilla, donde se monitoriza el vallado. Esta es la segunda visita en la semana del ministro Marlaska, luego de que este viernes se produjeran varios intentos de salto, logrando que 70 marroquíes entraran.

El Ministerio del Interior ha reforzado los efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estados en Melilla con 90 agentes, 50 policías y 40 guardias civiles para reforzar la frontera.

En el momento más crítico del flujo migratorio, las autoridades consideran que 90 personas por minuto llegaron a entrar bordeando el espigón marítimo del Tarajal.

Tras extinguir los intentos de entrada el pasado jueves, las fuerzas de seguridad comenzaron a localizar personas migrantes por las calles con el objetivo de expulsar a los adultos, a quienes el Reino alaudita se comprometió a admitir en grupos de hasta medio centenar de personas para los que abre la frontera cada dos horas, así como de gestionar atención a los menores.

Los niños suman cerca de 800 y están agrupados en naves habilitadas en polígonos del Tarajal, los módulos prefabricados de albergue provisional de Piniers y el Polideportivo Santa Amelia, aunque unos cientos de ellos están deambulando por las calles, según los cálculos de las autoridades.


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