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Los manifestantes han rechazado que se mantenga la realización de juegos de fútbol en medio del Paro Nacional y las represiones que se viven en el país.

Los manifestantes han rechazado que se mantenga la realización de juegos de fútbol en medio del Paro Nacional y las represiones que se viven en el país. | Foto: Twitter: @TIRANDO1010

Publicado 13 mayo 2021



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La orden de Conmebol se cumplió y el partido en Barranquilla se jugó mientras en el exterior del estadio Romelio Martíne se escuchaban detonaciones.

La imagen que el martes le dio la vuelta al continente se tomó en un país que ama el fútbol, pero no tanto como añora la justicia y el respeto por los derechos humanos.

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En momentos tensos por las marchas generales en contra de reformas de salud, educación y tributaria, la Confederación Sudamericana de Fútbol siguió adelante con la programación de los partidos correspondientes a la primera fase de grupo de Copa Libertadores.

El ente rector del fútbol suramericano y su par colombiano, la Federación local, no tuvieron inconveniente en imponer fechas y horarios para dos juegos con equipos colombianos y sus rivales de Argentina y Uruguay.

El miércoles 12 de mayo, contra la protesta general, se jugaron Junior - River Plate en Barranquilla y los nacionales, el colombiano y el uruguayo en el estadio Hernán Ramírez de Pereira.

En Barranquilla, al norte de Colombia, el partido se programó para el estadio Romelio Martínez, ubicado en zona céntrica de la ciudad colmada de marchas de protesta. Los jóvenes que hacían parte de la jornada, entre quienes se encontraban hinchas del Junior, intentaron derribar las vallas de protección montadas alrededor del estadio para impedir el acceso de los equipos.

En el periodo previo al juego, hubo enfrentamientos entre el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), el escuadrón antidisturbios de la Policía, y manifestantes. Los equipos, que ya estaban en el campo de juego adelantando prácticas de calentamiento, fueron sorprendidos por gases lacrimógenos, lo que motivó el regreso inmediato a camerinos.

Pese a los enfrentamientos, la orden de Conmebol se cumplió y el partido se jugó mientras en el exterior del estadio se escuchaban detonaciones y se presentaron saqueos al comercio y daños en edificaciones.

El comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, general Diego Hernán Rosero, en declaraciones a la prensa local, confirmó que siete personas resultaron lesionadas en medio de los enfrentamientos entre manifestantes y agentes de la Fuerza Pública.

Los reportes de las personas heridas fueron hechos al Puesto de Mando Unificado por funcionarios de la Defensoría del Pueblo y la Organización de las Naciones Unidas (ONU); cuatro personas lesionadas por objetos contundentes, dos por inhalación de gases y una herida en la mano.

Los manifestantes, relata el oficial, “quisieron llegar muy cerca al estadio” por lo que la Policía se vio en la “necesidad de intervenir” con la intención de preservar la seguridad de los deportistas.

La fuerza pública, dijo el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, se dio ante la mirada de todos los organismos de control que se encontraban en el PMU (Prevención y Manejo de Urgencias).

El partido se jugó sin inconvenientes.

Nacional vs. Nacional en Pereira

El segundo partido programado para Colombia, en medio de la jornada nacional de protesta, fue Atlético Nacional vs Nacional de Montevideo (Uruguay) en el estadio Hernán Ramírez Villegas de Pereira, eje cafetero a 250 kilómetros al suroccidente de Bogotá.

En Pereira, los manifestantes bloquearon desde primeras horas del día la salida del hotel en donde se hospedó el equipo uruguayo. En dos pancartas extendidas frente a la puerta se leía la razón del bloqueo: “Sin justicia no hay fútbol” y “No a la Copa América”.

Foto: AS Colombia

La protesta en Pereira fue pacífica, pero con bloqueo a la salida del equipo uruguayo, lo que llevó a instalar una mesa de concertación en el hotel en la que confluyeron representantes del Ministerio del Interior, organismos de verificación internacional, dirigentes de fútbol, Alcaldía y representantes de los manifestantes.

Finalmente, tras las conversaciones, se permitió la salida del grupo hacia el estadio, en donde se llevó a cabo el partido una hora después de lo previsto.

La protesta del equipo uruguayo por la falta de solidaridad de sus pares colombianos no se hizo esperar, el capitán Gonzalo Bergessio encaró al árbitro del compromiso antes del saludo protocolario, pero el Nacional uruguayo pues a renglón seguido expresa lo que piensa del Nacional colombiano.

Las cuentas en redes de los equipos, por su parte, no registran novedades respecto a la situación de orden público en Colombia ni a las jornadas de protesta. En Conmebol se habla de los partidos sin novedad externa alguna.

En la conferencia de prensa al final del partido en Barranquilla, el técnico de River Marcelo Gallardo dijo al final: “El resultado termina siendo justo, pero también es anecdótico. Uno no se va contento bajo las circunstancias en las que jugamos hoy”.

En Colombia, crónica deportiva y aficionados concuerdan con que lo único “anecdótico” de esta doble jornada de Copa Libertadores, es que se cumplió lo que siempre temió Diego Maradona: Que se manchara la pelota.


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