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5 noviembre 2019
Las falsas encuestas son la continuación de las falsas noticias

El fin de los medios traficantes de noticias es ejercer la más importante influencia, con especial énfasis en tiempo electoral; lo ejecutan a través de todas sus secciones y de toda su programación informativa y no informativa.

Las falsas encuestas son la continuación de las falsas noticias

Los medios han ambicionado formar a un público con una visión abobada del acontecer y de la historia nacional. Lo bombardean de manera constante e intensa con noticias reeditadas sobre la perturbación del orden público, a fin de que el elector asista a las urnas con una imagen de último minuto y distorsionada de la realidad.

El votante, impulsado por la manipulación mediática, va a votar por el candidato que las encuestas fabricadas por los medios de desinformación masiva dan como ganador. O, en el peor de los casos, se abstiene de votar. Presupone que ya se sabe de antemano quién será el ganador.

Los medios de embrutecimiento masivo juegan con la psicología de las masas. Saben que en muchos países las mayorías no son militantes de partido alguno ni tienen una sólida formación política, y que no es común que alguien (que no es militante de ningún partido político, sino que es apenas un simple votante indeciso) vaya a botar su voto, vaya a desperdiciarlo, sufragando por el candidato al que las encuestas manoseada dan como perdedor de las elecciones.

Las falsas encuestas y las falsas noticias desembocan en el mismo océano, el de las mentiras. Por consiguiente, las falsas encuestas merecen ser equiparadas con las falsas noticias.

Las falsas encuestas deben ser medidas con la misma vara con que se miden las falsas noticias, debido a su evidente y común intención de presentar los hechos objetivos de forma distorsionada, a efectos —insisto— de modelar las conductas sociales y la opinión pública.

Las maquinarias mediáticas de dominación mental permanecen todo el tiempo muy bien aceitadas. Pero en época electoral recurren al método de las encuestas tramposas; en algún tiempo fue sutil, ahora ya no reparan cuán grosero sea.

Quiero ir aterrizando mi opinión en el terreno concreto de la Gran Encuesta Presidencial 2018 del Canal RCN de Colombia realizada a 1245 personas, de un total de 36 millones de votantes aptos para elegir, y cuya suma de los porcentajes de todos los candidatos presidenciales dio como resultado 101%, y no 100%.

Para explicar esta falacia no hay explicación que logre disipar las tremendas dudas sobre la veracidad y la credibilidad de la tal Gran Encuesta Presidencial del Canal RCN de Colombia. No vamos a entrar en discusiones confusas  para aparentar profundidad.

Cuando hablamos de porcentaje estamos hablando justamente de porcentaje, con esto nos referimos a una cantidad dividida por cien —máximo 100, y no 101— fracciones iguales. Las matemáticas son exactas. Cualquier error o mentira en las operaciones matemáticas queda al desnudo.

No huelga decir que las 1245 personas encuestadas no representan ni siquiera al 1 por ciento del total de votantes con posibilidades de elegir. Estas 1245 personas que dicen haberles consultado su intención de voto es una muestra casi ínfima que equivale al 0,0034 por ciento en relación con los 36 millones de votantes habilitados para sufragar.

En Costa Rica, las encuestas daban como ganador de las elecciones presidenciales de 2018 al candidato Fabricio Alvarado Muñoz sobre el candidato Carlos Alvarado Quesada, pero se equivocaron, y el ganador de las elecciones presidenciales 2018 fue el menos favorito de las encuestadoras, es decir, Carlos Alvarado Quesada sobre Fabricio Alvarado Muñoz.

La presentación de las noticias (y también de las encuestas) no es una cuestión del azar ni casual, sino, por el contrario, una operación quirúrgica y premeditada. Se efectúa una selección cuidadosa de estas de acuerdo con la preservación de determinados intereses mediáticos, económicos,  privados, políticos, inclusive.

Ya no es un secreto que existen determinados criterios según los cuales los medios mercantiles de comunicación se orientan para considerar como importante o no la presentación y difusión de ciertas noticias.

Es un asunto que no ocurre de forma espontánea. No sucede tampoco acorde con la misma secuencia con que se desarrollan los hechos, ya que, entre otras cosas, los medios de comunicación no poseen el don de la ubicuidad; los medios no pueden estar en todos los lugares donde se originan las noticias; las agencias de noticias tampoco. Su tecnología no está preparada para informar con la misma fugacidad con que suceden los hechos. La comunicación de los medios no es una comunicación instantánea.

Dijo Carl von Clausewitz: “La guerra es la continuación de la política por otros medios”. Análogamente, pero con respecto a los medios mercantiles, denuncio que las falsas encuestas son la continuación de las falsas noticias a través de los medios de manipulación de siempre.


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Perfil del Bloguero
Latinoamericano y humanista. Columnista de opinión. Analista político y de la actualidad colombiana, latinoamericana y mundial. Colaborador de portales de comunicación alternativa. Bloguero de medios y agencias internacionales de noticias. Interesado en los procesos y movimientos sociales, sobre todo de la Patria Grande. Nació a orillas del mar Caribe, en Colombia.



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